Buenos Aires ya tiene su modelo de ciudad para 2010
(29/11/04)
El Plan Estratégico se presenta mañana. En él trabajaron 165 organizaciones para definir lineamientos de las políticas públicas. Proponen extender el subterráneo, urbanizar las villas y trabajar con el GBA.
Nora Sánchez.
nsanchez@clarin.com
En el año 2010, la ciudad de Buenos Aires será una democracia participativa, integrada al área metropolitana, al país, a la región y al mundo. Estará sustentada en el trabajo, la creatividad y el desarrollo productivo y será una ciudad construida por y para la gente.
Eso es lo que propone en su espíritu el Plan Estratégico Buenos Aires 2010, un modelo de ciudad que fue consensuado por 165 organizaciones porteñas representativas del trabajo, la producción, la religión, la cultura, la educación y los partidos políticos. Después de más de dos años de trabajo, el documento definitivo será aprobado mañana en la asamblea general del Consejo de Planeamiento Estratégico, que se realizará a las 9 en el auditorio del Colegio Público de Abogados.
El plan consiste en una serie de lineamientos y acciones que deben guiar las políticas públicas, más allá del gobierno de turno. En junio, se presentó una versión preliminar. La definitiva retoma sus bases, las profundiza y plantea acciones más realistas. Estas ideas parten de un diagnóstico sobre el estado actual de la Capital (ver Mapa...).
Entre otras cosas, propone el desarrollo de una política integral para el traspaso total de las competencias autónomas a la Ciudad, incluyendo a la Policía y la Justicia; un proyecto de ley sobre evaluaciones ambientales para grandes emprendimientos urbanos; la construcción de nuevas líneas de subte y la creación de un Foro Metropolitano de Planes Estratégicos (ver Principales...).
A través del plan, el Consejo de Planeamiento Estratégico impulsa la aplicación de leyes aprobadas que aún no se pusieron en práctica, como la reforma de la carrera administrativa en un sentido "meritocrático". O el cambio de algunas normas. Por ejemplo, recomienda reformar la Ley de Iniciativa Popular para que sea más sencillo para la ciudadanía presentar proyectos ante la Legislatura. Al mismo tiempo, propone nueva legislación, como la creación de una justicia vecinal.
"A las áreas de gobierno les conviene adecuar sus políticas al plan, porque van a poder implementarlas con mayor facilidad. Sería difícil para el Ejecutivo obrar en contra de lo consensuado por las principales organizaciones", dice Juan Manuel Abal Medina, coordinador del Plan Estratégico.
"Este plan no fue creado por diez organizaciones amigas mías, sino que expresa el consenso de todos los actores y esto le otorga su propia autoridad —sostiene el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra—. Además, está hecho con los pies en la realidad, porque diseña objetivos desde el estado actual de la Ciudad".
Ibarra afirma que, incluso antes de su aprobación, su Gobierno ya puso en marcha algunas de las recomendaciones del plan. "Por ejemplo, estamos trabajando en el fortalecimiento de la autonomía o en la extensión del subte", enumera.
En ciudades como Rosario, Zaragoza, Barcelona, Londres o París se han logrado grandes avances gracias a los planes estratégicos. "El plan es un marco de referencia coherente y ambicioso para todas las decisiones y actuaciones de los responsables locales. Y repercute muy positivamente en una mayor coordinación y eficacia de numerosas iniciativas públicas y privadas", explica a Clarín Emilio Carrillo Benito, vicealcalde de Urbanismo de Sevilla, una ciudad que elaboró su plan hace dos años.
Una de las novedades de la versión definitiva del plan porteño es que introduce la perspectiva de género, sugiriendo la generación de estadísticas segmentadas por sexo. "Esta incorporación al mismo nivel que las dimensiones institucional, física, económica, social y metropolitana es un avance notable —evalúa Martha Alonso, que representa en el Consejo a la Asociación de Mujeres Arquitectas e Ingenieras—. Espero que a partir de esto, otros colectivos sociales se sientan más inclinados a participar".
Durante los próximos seis años, el Consejo de Planeamiento Estratégico va a monitorear la implementación del plan. "Puede hacer pedidos de informes, citar a funcionarios y presentar proyectos de ley ante la Legislatura", resume Abal Medina.
El Consejo fue creado por orden constitucional y se reunió por primera vez en 2002. Abarca a 165 entidades, que van desde la Cámara Argentina de Comercio hasta la UBA. Se trata de un organismo consultivo y autónomo cuyo fin es "proponer periódicamente planes estratégicos consensuados que ofrezcan fundamentos para las políticas de Estado". El enlace con el Gobierno porteño es la Coordinación del Plan Estratégico, una dependencia de la Jefatura de Gabinete.
Algunos acusan al Consejo de no representar a todos los sectores. "No hay instituciones que representen a la cultura —observa el diputado porteño Héctor Bidonde—. Además, sólo pueden participar organizaciones que desarrollen su actividad en toda la Ciudad y eso es limitativo".
Según Abal Medina, "la convocatoria a más organizaciones está abierta. Y cuando salga la Ley de Comunas, se va a abrir la puerta para que cada comuna genere sus planes". Ahora, el Consejo enfrenta dos desafíos. Uno es plasmarse en políticas concretas. El otro mira hacia el futuro: "El próximo plan —adelanta Abal Medina— va a tener que incorporar al conurbano".
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